
Ya os he comentado en otras ocasiones que nos gustan mucho las recetas agridulces, pero tengo que confesar que con esta tenía yo mis reservas, sobre todo pensaba que no les iba a gustar a los niños.....no pude estar más equivocada. Nos encantó a todos, y los niños repitieron. En cuanto que la probaron cambiaron los tenedores por palillos chinos (sí, son así de teatreros, y en cuanto algo se parece un poco a comida china comen con palillos, y qué bien lo hacen los puñeteros, no se les cae ni un grano de arroz). En este caso acompañé la carne con arroz cocido, pero seguro que con unas patatas también estarán para chuparse los dedos.
Sin duda, la repetiré muchas veces.
Ingredientes:
-2 ó 3 pechugas de pollo
-3 naranjas
-3 cucharadas de miel
-1 cebolla
-1 vaso de vino fino
-Un chorrito de vinagre de vino
-Aceite de oliva virgen extra
-Pimienta y sal
-Tomillo
-1 cucharada de maicena
-Arroz cocido para acompañar
Preparación:
Partimos las pechugas en trozos pequeños, las salpimentamos y las ponemos a macerar durante 30 minutos en el zumo de las 3 naranjas.
En una cacerola ponemos un fondo de aceite y pochamos la cebolla cortada muy finita. Cuando está transparente, añadimos la pechuga que teníamos macerando escurrida. Removemos hasta que veámos que se sella por todos los lados.
Añadimos la miel y removemos despacio para que se impregne la carne bien. Añadimos el vinagre, el vino y el tomillo y dejamos hacer a fuego lento hasta que veámos que la carne está tierna y el líquido se ha reducido. Si queremos espesar un poco la salsa, le añadimos una cucharada de maicena disuelta en agua fría.
Añadimos la miel y removemos despacio para que se impregne la carne bien. Añadimos el vinagre, el vino y el tomillo y dejamos hacer a fuego lento hasta que veámos que la carne está tierna y el líquido se ha reducido. Si queremos espesar un poco la salsa, le añadimos una cucharada de maicena disuelta en agua fría.